martes, septiembre 03, 2013

El veneno de las abejas

Ya en algún momento di unos pasos orientativos para todas aquellas personas que se quieran dedicar a la Apicultura, ya sea como hobby o de manera semi-profesional.
En mi humilde opinión hay tres grandes problemas a los que hay que enfrentarse a la hora de empezar en este maravilloso oficio y son: La ubicación del asentamiento, la formación y el veneno de las abejas... de este último es del que quiero hablarles, no he querido tocar este tema hasta ahora porque es delicado en tanto y cuanto no soy alergólogo y no puedo dar una información tan exacta como lo haría este profesional, lo que haré será darles unas nociones sobre el porque las abejas nos pueden picar y mi experiencia con este tema porque yo soy alérgico.



Si bien es cierto que nuestra abeja autóctona es mansa también lo es el que en determinadas circunstancias nos pueden picar pero también es cierto que no todas las personas reaccionan igual ante la picadura.
Las abejas son insectos del grupo de los Himenópteros, se caracterizan por formar sociedades en las cuales cada uno de sus miembros cumple un papel determinado, este va cambiando con el transcurso de su vida y las necesidades de la colonia, trabajan en común para acumular reservas de alimentos y cuidar de sus larvas.  Son la formación de estas sociedades lo que hace que el riesgo de picadura aumente al aumentar el número de individuos en la colmena y lo que es más importante, al aumentar la agresividad como mecanismo de defensa de esta ya que las abejas pican para defender su comida o sus crías... para defender la colonia o colmena.
No hablo de un individuo solitario que te pica durante un paseo por el campo, hablo de varios individuos que salen de su colmena a picarte porque te consideran un intruso o depredador y fíjense que hablo de varios que salen de su colmena para defenderla... las abejas no van por ahí picando a todo el que les caiga mal o antipático o porque tengan un mal día... lo hacen cuando sienten amenazado su hogar o cuando se ven expuestas a un olor muy fuerte o desagradable y que esté cerca de la colmena.
La abejas tienen un aguijón con púas en la zona posterior y una bolsa muscular de veneno, que es una mezcla compleja de proteínas. Tras la picadura la bolsa del veneno comienza a bombear lo en el intruso, el veneno desprende un olor que alerta al resto de abejas de donde se haya la amenaza y el lugar donde han de picar... la abeja generalmente se separa, dejando la bolsa del veneno y el aguijón en el invasor, debido a la unión del aguijón con el aparato digestivo la obrera muere por la ruptura abdominal. Mueren al picar.
Las personas tenemos un mecanismo de defensa llamado sistema inmunológico  que nos defiende de las agresiones del exterior. En situaciones normales este nos protege de las sustancias nocivas como las bacterias, los virus y las toxinas, etc.
La respuesta inmune funciona como un mecanismo de defensa pero en algunas ocasiones produce hipersensibilidad, una respuesta alérgica, esta se produce cuando una persona reacciona frente a sustancias que normalmente son inocuas y que en las personas no alérgicas no producen ninguna respuesta. Estas sustancias son llamadas alérgenos.
Cuando el organismo de una persona tiene contacto con un alérgeno por primera vez el sistema inmunológico fabrica una serie de anticuerpos, (defensas), que son capaces de reconocer a ese alérgeno... se produce lo que se llama una sensibilización. En la segunda exposición a ese alérgeno se produce una reacción desproporcionada o exagerada por parte del sistema inmunológico... se produce lo que se conoce como reacción alérgica.
Para tener alergia a la Apitoxina, (veneno de las abejas), antes ha de producirse una sensibilización por medio de una picadura por esto muchos apicultores que inicialmente no eran alérgicos con el tiempo pueden desarrollar esta alergia, como es mi caso.
La alergia puede producir prurito, ronchas o habones, rozaduras, hinchazón de los tejidos de la zona afectada, espasmos musculares, dificultad respiratoria, alteración del ritmo cardiaco... cada persona puede reaccionar de manera distinta a la alergia, en el peor de los casos una reacción anafiláctica o shock anafiláctico... ante este último hay que recibir atención médica inmediata.
En mi caso el shock anafiláctico supuso antihistamínicos o corticoides, para reducir los síntomas y líquidos intravenosos ademas de medicamentos que ayuden al corazón y al sistema circulatorio.
Mas tarde una cita con un especialista alergólogo de un hospital, donde se me hicieron unos analices de sangre para ver el grado de alergia que tengo y a que insectos... tengo un porcentaje muy alto de alergia a las abejas.
Actualmente llevo bajo prescripción médica en mi caja de trabajo apicola unos antihistamínicos y un inyectable de adrenalina para un caso de picadura.
Decir que pasos sigue el especialista es algo que no puedo hacer ya que cada caso puede ser diferente por lo que solo expongo mi caso personal pero hoy día existe vacuna para la picadura de abeja pero el problema es que esta vacuna no la financia nuestro sistema sanitario ya que las recetas de esta han de ser visadas previamente con un informe del especialista y aun así son muy caras ya que la vacuna cuesta unos 210 €. Esta ha de suministrarse bajo supervisión del alergólogo en un hospital y durante una media de 5 años todos los meses. 

Ahora se plantea el dilema, si eres alérgico ¿te dedicarías a este oficio? y si se diera el caso de que manifestases una sensibilización y después una fuerte alergia como es mi caso, ¿dejarías la apicultura? No es fácil responder a este dilema al menos desde mi punto de vista porque a mi no solo me gusta mucho esto sino que además es una vocación pero desde el punto de vista de mi esposa e hijos... la respuesta es alta y clara, ¡déjalo!
Nos ha costado muchas horas de charla a mi esposa y a mi con mi doctora, el médico especialista, con otros colmeneros en mi misma situación... yo he decidido seguir adelante extremando las medidas de seguridad, las de prevención, cambiando mi forma de trabajar en el colmenar pero no puedo decirle a nadie que hacer en este caso porque es una cuestión única y personal en la que intervienen no solo el apicultor sino la familia también... recordemos que un shock anafiláctico que no es tratado a tiempo puede suponer la muerte.
Con estas lineas quisiera que se entendiera que el ser Apicultor no está exento de riesgos, que los apicultores no deben tomar a la ligera las picaduras y que no todo es tan hermoso como puede parecer...
¡Como todo, tiene sus cosas buenas y no tan buenas! Por otro lado las imágenes que expongo son sacadas de internet porque me daba reparo poner algunas de las que me ha sacado a mi.

2 comentarios:

  1. Conozco un compañero apicultor que por desgracia le pasaba lo mismo que a ti, el día que le picaron un par de abejas tenía la inyección en la furgoneta ( a pocos metros de donde estaba trabajando), pero no llego. Lo encontró el pastor del pueblo.
    Antonio, que así se llamaba, había cambiado su manera de manejo de colmenas, se había hecho un traje especial mas recio, pero todo eso no funcionó.
    Cuidado amigo, yo que tu lo dejaría. Saludos Pepe (apicultor)

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    1. Hola Pepe, perdona que haya tardado tanto en contestar pero ando sumergido en muchos cambios y no he tenido tiempo para el blog. Pronto estaré escribiendo aquí y compartiendo mis aciertos y errores.
      Pepe, yo no me he hecho un traje mejor y no se lo recomiendo a nadie, el traje se ha de comprar en un establecimiento apícola. De esta manera nos aseguramos que usamos la herramienta correcta y adecuada dada nuestras circunstancias. Es verdad que estos trajes son muy caros pero teniendo en cuenta los riesgos creo que es lo más acertado y al respecto del viral de adrenalina y la medicación esta se debe de llevar encima.... no en el coche. Siento muchísimo la pérdida de esta persona y compañero, si estuviese en tus manos haz llegar a su familia mi pésame.
      Yo no solo he cambiado mi manera de trabajar en las colmenas, sino que también he cambiado las colmenas en sí y realizado una selección de abejas más productivas y mansas. Renové toda mi indumentaria por otra mejor y más segura, desde que hice estos cambios he de decir que todo ha cambiado. El índice de riesgo en el colmenar ha bajado hasta niveles muy bajos, tanto como para poder llegar a cambiarme de ropa en el colmenar sin recibir una sola picadura... esto antes no lo podía hacer. En un principio solo recibí una picadura en el proceso de cambio y fue por una negligencia por mi parte... me ayudo a recordar que hay que tener presente lo que se está haciendo, a estar muy concentrado para evitar los errores que en mi caso me pueden costar mucho. No puedo dejarlo Pepe... tú como apicultor creo que me entiendes.

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